¿Es bueno sudar para adelgazar?

Por eso, no es extraño ver a estas personas embalarse a sí mismos el estomago con plástico para sudar más o llevar más capas de ropa de las que deberían. Nada más lejos de la realidad, nos encontramos ante otro de los falsos mitos de la actividad física.

Claro está que sudar genera una bajada de peso por la pérdida de agua, pero en el momento en el que nos rehidratemos volveremos a recuperarlo. Por lo tanto, provocar una deshidratación excesiva no es más que someter al cuerpo a una situación peligrosa que puede suponer lesiones importantes.

La sudoración es un mecanismo de termorregulación que posee nuestro cuerpo, por lo que las acciones provocadoras de una excesiva deshidratación generarán un impacto bastante predecible tanto en el sistema cardiovascular como en el termorregulador. Cuando perdemos agua, se reduce el volumen de plasma y la posterior reducción de tensión arterial, suponiendo menor flujo sanguíneo hacia los músculos y la piel. Nuestro cuerpo intentará compensarlo aumentando la Frecuencia cardíaca, pero al haber menos sangre que alcance la piel, es cada vez más difícil disipar el calor.

La exposición a estas situaciones puede provocar varias situaciones peligrosas: 

• Los calambres por calor, quizás la situación menos peligrosa. Se caracteriza por su aparición en los músculos esqueléticos y es debido a la pérdida de minerales y por la deshidratación.
• El síncope por calor, el cual puede venir acompañado de jadeos, vértigos, fatigas extremas y desmayos entre otras muchas. Se produce por la incapacidad del Sistema Cardiovascular para satisfacer las necesidades corporales. 
• El golpe de calor, trastorno que puede resultar peligroso para la vida y que ha de ser tratado de inmediatez, ya que si no, puede progresar hasta el coma y posteriormente la muerte. Este trastorno se debe a la insuficiencia de los mecanismos termorreguladores del cuerpo, siendo las personas con mayor peso corporal más propensas a padecerlo.