23.2.2017
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En qué consiste hacer un día de descanso activo

día de descanso activo

Descansar nos ayuda a recuperar fuerzas y a recargar las pilas. Después de una dura semana de trabajo y ejercicio, qué mejor que pasar un día entero de relax, dedicados a nosotros mismos. Los deportistas habituales saben que el descanso es tan importante para el cuerpo como el ejercicio. Pero… ¿Descansar es no hacer nada? Sí y no. 

Descanso pasivo y el descanso activo

Existen dos formas de descanso: el descanso pasivo y el descanso activo.

Descanso Pasivo

El descanso pasivo es el de sofá y mantita, el de tumbona en la playa y libro de Matilde Asensi. A veces nuestro cuerpo lo necesita y la única manera de aliviar la sensación de agotamiento pasa por un día de inactividad total, sin remordimientos.

Descanso Activo

Por otra parte, el descanso activo consiste en dedicar nuestro día libre de entrenamiento a otras actividades que no entran dentro de nuestro programa habitual. Seguir en movimiento para reducir el cansancio no sólo es posible sino que incluso ayuda al organismo recuperarse antes.

Planifica tus días de descanso

Tanto si entrenas para competir como si lo haces por placer, planificar tus días de descanso te ayudará a mejorar tu rendimiento físico posterior. Los deportistas de élite fueron los primeros en descubrir la capacidad del descanso activo para mejorar su rendimiento. Después de agotadoras jornadas de entrenamiento o de competiciones de alta intensidad, un día de descanso activo les ayudaba a recuperar fuerzas antes que un día de descanso total.

Qué hacer en tus días de descanso activo

La clave estaba en la intensidad de este ejercicio. En el día de descanso activo, la actividad no va orientada a aumentar la resistencia o la fuerza sino a oxigenar los músculos cansados. Una actividad física suave favorece el flujo sanguíneo y aporta oxígeno y nutrientes al músculo, permitiendo que se recupere antes.

Este día de descanso activo, también llamado entrenamiento de recuperación, ayuda a evitar el sobreentrenamiento y la sobrecarga muscular, aspectos que tenemos que cuidar si queremos evitar lesiones innecesarias.

Ahora bien, ¿de qué clase de actividades estamos hablando? Una de las favoritas de quienes practican esta modalidad de descanso es el paseo. Andar a ritmo tranquilo durante una hora mantiene nuestro organismo en movimiento sin resultar extenuante. Nuestros músculos reciben un pequeño extra de oxígeno que acelera su recuperación sin añadirles más carga de trabajo.

Otra alternativa con mucho éxito es la bicicleta, pero no para subir una montaña a contrarreloj sino para dar un paseo tranquilo y relajado, disfrutando del paisaje. Un pedaleo lento ayuda a estimular la circulación de las piernas, ya sea al aire libre o en el gimnasio en una bicicleta estática.

La piscina y el spa son también una buena forma de relajar los músculos mientras seguimos en movimiento. El agua es un excelente relajante muscular y mental que aporta una sensación de bienestar completa. Ya sea con unos largos tranquilos en la piscina, una sesión de spa que nos deje como nuevos o una combinación de ambos, lo importante es que nuestro cuerpo ha seguido en movimiento.

Las agujetas no deben ser una excusa para evitar esta actividad. Al contrario, son una estupenda razón para probar esta alternativa al descanso total porque el dolor de las agujetas desaparece antes con un poco de ejercicio moderado que descansando sin hacer nada.

Planificar tu día de descanso activo con alguna actividad fuera de tu rutina habitual te ayuda a ejercitar músculos diferentes a los que trabajas habitualmente mientras mantienes tu condición física y te diviertes probando algo diferente. La sensación de bienestar es completa y la recuperación física es más rápida. ¿Qué más se podría pedir? ¿Te atreves a probarlo? 

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