¿Me interesa participar en una clase colectiva?
Cuando planeamos nuestro regreso al gimnasio una de las primeras cuestiones a las que nos enfrentamos es elegir si vamos a trabajar en sala o vamos a apuntarnos a alguna de las clases colectivas que ofrece nuestro gimnasio.
Alternar tu entrenamiento con sesiones individuales y en grupo
Entrenar solo puede ser pesado y aburrido. Incluso los grandes deportistas profesionales alternan sesiones individuales con sesiones de entrenamiento en grupo. No sólo buscan mejorar su técnica, sino también reforzar los vínculos de camaradería y compañerismo que ayudan a multiplicar su talento individual por mil.
Cada opción tiene su parte positiva, pero hoy vamos a centrarnos en destacar los puntos fuertes que hacen que las clases colectivas sean tan adictivas y tan beneficiosas.
Vencer la rutina con el entrenamiento en grupo
El principal peligro del trabajo individual es que suele volverse rutinario y tedioso. Estar solo frente a la máquina día tras día requiere de mucha fuerza de voluntad y una gran motivación.
Por el contrario, en las clases colectivas este suele ser precisamente su punto fuerte. El trabajo en grupo es mucho más estimulante y motivador que el trabajo individual. Está comprobado que el grupo tira de uno hacia arriba: es más fácil faltar a una cita si no te espera nadie más que tú mismo que si cuentan contigo tus compañeros de batalla.
Las clases colectivas son ambientes estupendos para socializar y permiten conocer a gente con tus mismos objetivos e inquietudes. A veces las personas de nuestro entorno no comparten nuestro interés por el deporte y puede resultar frustrante, sobre todo cuando acabamos de empezar. Rodearnos de un grupo de personas que quieren lo mismo que nosotros tiene un gran poder motivador. Solo no puedes, ¡con amigos sí!
Por otro lado, también surge la competitividad sana que siempre aparece en todos los grupos. Ese afán de superación personal compartido con otras personas es un estímulo muy poderoso que nos anima a volver al día siguiente.
Es habitual que las clases colectivas se centren en ejercicios aeróbicos, los más apropiados para perder peso. Además, en estas clases la música es un ingrediente principal que hace que los 45 minutos de la sesión sean más llevaderos y divertidos. Hacer ejercicio es mucho más fácil cuando te estás divirtiendo porque el tiempo pasa más deprisa. No es lo mismo estar media hora corriendo en la cinta mirando al infinito que media hora bailando en una clase de zumba.
Divertirse es importante sobre todo por una cuestión: volver mañana. Si ir al gimnasio es un suplicio para ti, cada día que te toque ir se hará más cuesta arriba. Sin embargo, si te lo pasas bien y disfrutas tendrás muchas más ganas de regresar.
Divertirse en el gimnasio es importante sobre todo por una cuestión: volver mañana
Las clases colectivas están guiadas siempre por un monitor experto que corrige las malas posturas y los errores de coordinación. Esta supervisión de un profesional del deporte hace que el riesgo de lesiones disminuya porque siempre hay alguien pendiente de que estés realizando el ejercicio correctamente, sobre todo cuando acabes de empezar. Los alumnos con más experiencia también sirven de apoyo y de guía a los novatos y entre todos se crea un ambiente de grupo, de camaradería y respeto mutuo que hace más fácil el duro trabajo personal.
Esta sinergia que se crea entre los participantes en una clase colectiva, ya sea Zumba o Body-Pump, Step o Pilates, las convierten en las favoritas de muchos a la hora de volver al gimnasio.
Como siempre, lo ideal será combinar el trabajo personal e individual en sala con las clases colectivas que mejor se adapten a nuestras necesidades. ¿Te animas a probar?