Gana la batalla al bikini con un entrenador personal
Tic, tac, tic, tac. El tiempo corre en contra. Las buenas temperaturas están ya aquí y hay que renovar el armario. Jerseys y abrigos están ya fuera y hay que dejar espacio a las camisas finas y los tirantes. Tu armario está preparado… ¿Tu cuerpo también?
Recurrir a la ayuda de un entrenador personal puede ahorrarnos mucho tiempo y esfuerzo
Lo más importante es siempre que te sientas bien contigo mismo, pero a veces eso requiere un poco de ejercicio y cambiar tus hábitos alimentarios. Empezar una vida sana es una tarea muy difícil, y más con el tiempo en contra, por eso recurrir a la ayuda de un entrenador personal puede ahorrarnos mucho tiempo y esfuerzo.
El primer paso será determinar qué metas se pueden alcanzar en el tiempo que nos queda hasta junio. ¡Hay que ser realistas! Unos objetivos irrealizables sólo conseguirán frustrarnos y que abandonemos antes de tiempo. En la primera reunión con tu entrenador personal te hará una pequeña entrevista para conocer tus hábitos, tus medidas, tu peso y tus costumbres. Con esta información diseñará el programa de entrenamiento personalizado que necesitas específicamente para conseguir tu objetivo.
Marcar el punto de partida es sólo el principio. A medida que se vayan superando etapas el entrenador tendrá que hacer ajustes y adaptar el entrenamiento a tu nuevo estado de forma. Poco a poco irás ganando una nueva fuerza y mayor resistencia que te permitirán incorporar nuevos ejercicios antes inimaginables para ti.
Además, junto con los ejercicios generales destinados a mejorar la forma física toca incorporar los específicos orientados a trabajar esas áreas concretas que más te preocupan. Las zonas problemáticas de nuestro cuerpo necesitan una atención especial y unos ejercicios específicos. Tu entrenador te orientará y te marcará cuáles son para que tú no tengas que preocuparte de nada.
Y tranquilo, porque si la motivación es un problema una parte importante del entrenamiento personal es conseguir que vuelvas cada día al gimnasio. Cuando se trata de fitness los objetivos se consiguen siempre en el medio/largo plazo, por eso lo importante no es la intensidad sino la constancia. Cada día que vences a la pereza estás un paso más cerca de tus sueños.
En este sentido, la cercanía del verano hace que mucha gente quiera ir al gimnasio cada día y entrenar a máxima intensidad. Sin embargo, así no sólo no recuperarás el tiempo perdido sino que multiplicarás el riesgo de lesionarte y tener que abandonar tu programa de entrenamiento.
Una de las ventajas de contar con un entrenamiento personal es que el riesgo de lesión se minimiza.
El entrenador personal te ayuda a corregir la postura y a mejorar la ejecución técnica de los ejercicios. Además de evitar la lesión, realizar bien los ejercicios, con la intensidad y el ritmo adecuados, mejora su eficacia.
De eficacia al fin y al cabo se trata todo esto, de aprovechar los meses que nos quedan hasta el verano y exprimirlos al máximo para llegar preparados al verano y a las vacaciones.
Por supuesto, nada de esto tendrá sentido si no acompañas los ejercicios con unos buenos hábitos alimenticios.
La clave del éxito está en seguir la regla del 40/60: 40% ejercicio, 60% alimentación. Tu entrenador te proporcionará unas pautas alimentarias para que puedas empezar a cambiar tus hábitos.
Un poco de esfuerzo, un poco de compromiso y la voluntad de alcanzar nuestras metas. Sólo depende de ti, pero el camino se hará más llevadero con el apoyo de un entrenador personal siempre a tu lado.