¿Para qué sirve un fisioterapeuta en un gimnasio?
A muchos la pregunta les sonará a broma, pero no es la primera vez que nos la hacen y hemos querido salir al quite de las dudas de nuestros socios con una buena explicación. ¿Para qué sirve un fisioterapeuta en un gimnasio?
La costumbre es tradición. O viceversa. Estamos acostumbrados a recurrir a los servicios de un fisioterapeuta cuando el dolor no nos deja continuar pero, ¿eso es todo? En Cosmopolitan entendemos el fitness como una forma integral de bienestar en el cuidado del cuerpo, por eso entendemos que la figura de este profesional sanitario es fundamental. ¿Quieres saber por qué?
Tradicionalmente los fisioterapeutas han sido un servicio externo de los gimnasios. Cada uno conocía a un par de profesionales de confianza y los recomendaba si había algún problema.
Sin embargo, los tiempos han cambiado y a día de hoy el concepto de fisioterapia es mucho más amplio y abarca muchas más funciones que las típicas que todos tenemos en mente.
¿Qué hace un buen fisioterapeuta?
Un buen fisioterapeuta deportivo no sólo cura sobre la lesión (de hecho, si sólo hace eso es un mal fisioterapeuta. Bueno, o por lo menos no tan buen profesional como podría). Gran parte de su trabajo actualmente pasa divulgar y asesorar a los deportistas para que, gracias a una correcta ejecución de los ejercicios y movimientos, puedan evitar lesiones.
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Muchas lesiones se producen por una mala postura repetida continuamente en el tiempo. Corregir y explicar estos errores antes de que se produzcan es parte de esta tarea de divulgación y prevención propia del fisioterapeuta deportivo.
Además, ciertas prácticas deportivas tienen asociadas una serie de lesiones propias. Conocerlas y anticiparse a ellas para asesorar tanto a los deportistas como a los monitores es parte del compromiso de trabajo de estos profesionales de la salud. Aquí, una evaluación previa del estado físico del deportista puede ahorrarle después muchos quebraderos de cabeza.
Otro punto fundamental del trabajo del fisioterapeuta deportivo está en el trabajo con lesiones repetidas, ya sea por las secuelas que ha dejado la lesión original o por una tendencia propia del organismo del deportista.
La recuperación de la lesión también es parte de sus funciones. Trabajar con el músculo dañado de forma que se recupere lo antes posible sin secuelas para el deportista es, por así decirlo, el trabajo clásico con el que siempre asociamos al fisioterapeuta.
Aquí entra en juego toda la pericia de este profesional para recuperar poco a poco la movilidad y la funcionalidad, dependiendo de la lesión. El fisioterapeuta deportivo determinará el tipo de tratamiento y su duración según nuestras necesidades para intentar minimizar el riesgo de secuelas.
Una vez tratada la lesión, es hora de volver a la sala. Eso sí, siempre con cuidado. ¿Dónde está el límite al que podemos llegar sin correr el riesgo de volver a lesionarnos?
Para asesorarnos sobre eso también está el fisioterapeuta deportivo. Su experiencia unida a su especialización profesional lo convierten en la persona adecuada para guiarnos con seguridad en el camino de vuelta al fitness.
La readaptación a la vida deportiva normal es un proceso delicado que muchas veces se descuida por la propia impaciencia de recuperar el ritmo. Es normal, después de quizás meses sin actividad muchos nos subimos por las paredes pero, ¿cuántas veces ha pasado que esa misma urgencia por volver a ponerse en forma ha acabado en reproducir la lesión original?
La guía de un buen fisioterapeuta deportivo es clave en este punto porque diseña un programa que no sobrepasa nunca la resistencia del músculo dañado. Mejor ir pasito a pasito que dar dos hacia atrás.
Después de todo lo expuesto, ¿habrá quien siga teniendo dudas?