Entrena tu felicidad: beneficios psicológicos del deporte
Es una de las barreras que más cuesta romper. Para muchas personas el ejercicio físico sigue asociado a la pérdida de peso y a la tonificación muscular exclusivamente. Sin embargo, los beneficios del deporte van mucho más allá de lo que tradicionalmente se le ha atribuido.
El cuerpo y la mente están fuertemente conectados hasta tal punto que mover tu cuerpo es el camino más corto para que tu mente se sienta mejor y hoy te explicaremos por qué.
Los beneficios psicológicos del deporte
La visión tradicional del deporte como algo que hay que hacer para que conservar la salud física y evitar dolores de espalda está superada en la actualidad. En los últimos años se ha comprobado que incorporar una actividad física de forma regular a nuestra rutina no sólo mejora nuestro organismo sino que eleva nuestros niveles de bienestar general.
los beneficios del deporte van mucho más allá de lo que tradicionalmente se le ha atribuido
El secreto de una vida sana y equilibrada pasa por el ejercicio físico. Gracias al deporte, nuestro organismo genera una serie de hormonas fundamentales para aumentar nuestra satisfacción en la vida diaria.
incorporar una actividad física de forma regular a nuestra rutina no sólo mejora nuestro organismo sino que eleva nuestros niveles de bienestar general
Dopamina, serotonina y endorfinas son la tríada de la felicidad. Activar la producción natural de estas hormonas mediante la actividad deportiva es clave para incrementar nuestra sensación de bienestar. La serotonina y la dopamina son dos neurotransmisores muy importantes que ayudan a regular funciones como el apetito o el sueño además del estado de ánimo. Por su parte, las endorfinas son una especie de analgésico natural que ayudan a minimizar la sensación de dolor.
Dopamina, serotonina y endorfinas son la tríada de la felicidad
El deporte ayuda a estimular la producción de estos tres neurotransmisores y sus beneficios no sólo se manifiestan en el momento del ejercicio sino que se mantienen en el tiempo. De hecho, una parte importante de su acción es que el cuerpo se acostumbra y pide, de forma natural, volver a hacer ejercicio para recobrar esos niveles de bienestar.
Dicho de otra forma, la química de nuestro cuerpo vuelve el deporte adictivo.
Pero no todo es química. Aunque importante, la química es sólo una pieza más en un puzzle más grande y complejo. A nivel psicológico el deporte lleva aparejada la carga simbólica del esfuerzo y la superación personal: cada día que vas al entrenamiento, cada objetivo que consigues después de horas de duro trabajo, es la prueba que te haces a ti mismo de que tú puedes, de que eres capaz.
Es importante establecer objetivos realistas a corto, medio y largo plazo para que esta sensación de logro no se vuelva en nuestra contra. Un único objetivo a largo plazo del tipo “quiero perder 30 kilos” no se logra de la noche a la mañana y puede desmotivarnos en algún momento del largo camino que tenemos por delante.
Es importante establecer objetivos realistas a corto, medio y largo plazo
Los objetivos precisos y concretos que podemos lograr en plazos razonables nos ayudan a mantener el compromiso con nosotros mismos durante más tiempo. Algunos ejemplos serían “no faltar ningún día al entrenamiento esta semana” o “conseguir bajar dos kilos este mes”. Pequeños, razonables, medibles.
Además, el deporte ayuda a descargar la tensión acumulada en el trabajo diario y aunque a priori supone un gasto extra de energía, en poco tiempo aumenta nuestro nivel de energía general, haciéndonos sentir más activos y despiertos en el día a día.
El deporte es el mejor aliado para gozar de una buena salud mental y física.
Nuestros músculos estarán tonificados, con la liberación de la carga que eso supone para nuestras articulaciones y nuestra estructura ósea; nuestros huesos estarán más fuertes y nuestra silueta mejor definida. No sólo te verás mejor sino que te sentirás mejor, aumentando tu autoestima y tus niveles de satisfacción personal. Porque el secreto del bienestar es, ya lo sabemos, el equilibrio.