Consejos para quemar grasa después del verano
Las vacaciones terminaron y llegó el momento de volver a la realidad. La báscula y el metro no mienten: hemos sido demasiado felices este verano. Lamentablemente, toda esa felicidad alrededor de nuestra cintura no encaja bien en nuestra ropa de otoño y ha llegado la hora de tomar cartas en el asunto para quemar grasa después del verano.
El camino es largo, así que será mejor que cojas lápiz y papel y tomes nota de nuestros consejos para deshacerte de esos kilitos de más después de las vacaciones.
1. Recupera tu rutina de cardio
Es lo primero y lo primordial. El ejercicio cardiovascular ayuda a quemar el exceso de grasa que acumulamos en el organismo y mejora nuestra capacidad pulmonar. Lo mejor de este tipo de ejercicio aeróbico es que trabaja el cuerpo entero y por lo tanto quema grasa de forma general y progresiva.
Es cierto que tendemos a acumular más grasa en unas zonas que otras, pero es importante incluir en nuestra rutina un ejercicio que nos mueva el cuerpo entero. Running, natación, aeróbic, zumba… Muévete, corazón.
2. Incorpora ejercicios de musculación a tu programa de entrenamiento
Tradicionalmente se creía que los ejercicios de musculación sólo servían para eso, para potenciar la creación de músculo. Esto hacía que muchas mujeres evitaran la sala de máquinas por temor a desarrollar demasiado la musculatura y que muchos hombres, sin interés en petarse, lo pasaran por alto pensando que no era para ellos.
Los avances en el mundo del fitness han demostrado que el ejercicio de musculación o anaeróbico ayuda a seguir quemando calorías hasta 72 horas después de terminar de hacer ejercicio, así que no olvides este poderoso aliado en tu camino hacia el éxito.
Además, por si fuera poco, cuando se pierde peso teniendo cuidado de trabajar paralelamente la musculatura el cuerpo adquiere un tono esbelto, fuerte y saludable. La flacidez no será un problema para ti.
3. No hagas dieta
¡No hagas dieta! Pasar hambre no es la solución, aunque haya quien se empeñe en mantener este mito. No te saltes ninguna comida, ni el desayuno. Abandona la comida basura, come más proteínas y más verduras. En definitiva, come, pero come mejor.
Prueba a añadir algo de picante a tu comida y aprovecha que aún hace calor y bebe agua fría. El picante y el agua fría aceleran el metabolismo. No van a hacer milagros pero toda ayuda es siempre bien recibida, ¿no? Consulta a un nutricionista si necesitas asesoramiento experto.
4. Descansa
Tan importante como el ejercicio es el descanso. No sólo entre sesión y sesión, que también, sino diario. Hay quien cree que machacándose con visitas diarias al gimnasio conseguirá antes sus objetivos y terminará su sufrimiento. Error. Varios errores, en realidad.
El primero es concebir la visita al gimnasio como un sufrimiento. Este tiempo es tu tiempo de ocio y bienestar, debes disfrutar cuidándote. Si una actividad concreta no te gusta, cambia. Hoy en día tienes decenas de alternativas a tu disposición así que no te cierres y prueba hasta que encuentres la que te guste. Así, cada visita al gimnasio será una cita que no querrás perderte y que te hará sentir mejor contigo mismo.
El segundo, creer que el cuerpo es una máquina capaz de todo. Nuestros organismos tienen límites y saber reconocerlos es fundamental. Si lo fuerzas sólo conseguirás lesionarte y, aunque tenemos un fantástico equipo de fisioterapeutas a tu disposición, ni ellos ni nosotros queremos eso para ti. Programa una rutina de ejercicios y ten paciencia. Llegarás.
5. Pide ayuda
Y por último… A veces necesitamos un empujón extra, ya sea porque no sabemos cómo diseñar nuestro programa de ejercicios o porque los cantos de sirena del sofá de nuestra casa son demasiado poderosos para nosotros. Un entrenador personal puede proporcionarte la ayuda y la motivación que necesitas para dar el salto y recuperar tu estilo de vida. ¿A qué esperas?